Los inicios de la formación profesional de periodistas en Santiago

La Escuela Superior Mariano Moreno contó con el impulso de periodistas jubilados y maestras. Recogemos aquí el testimonio de protagonistas de aquellos inicios en la década del 80, cuando el escenario de los medios y el periodismo atravesaba grandes cambios en Santiago.

Por Jorge Luján, estudiante de la Licenciatura en Periodismo

De izquierda a derecha: Juan Villafañe, Julio Urtubey, María Julia Fonseca de Cantos, Braulia Lescano y Leyenda Cardozo de Barrera, primeros docentes de la carrera de Periodismo.

La idea de crear una escuela para formar periodistas empezó a tomar fuerza en Santiago después de la última dictadura. ¿Fue quizás esta renovación democrática lo que permitió que un cúmulo de ideas llegara a desembocar en el nacimiento de una Escuela de Periodismo? Con el regreso a la democracia también aparecieron nuevos medios. El mapa era bastante pequeño durante la dictadura: en 1977 la familia Castiglione era dueña de El Liberal y de Canal 7, la democracia cristiana controlaba Radio LV11, ya no existía el diario La Hora porque lo acababan de clausurar, y luego estaba Radio Nacional que dependía también del gobierno militar. Y eso era todo. En las dos décadas siguientes, el panorama de los medios cambió rotundamente por cuatro factores: la aparición de Néstor Ick para comprar Canal 7 e instalarse como un nuevo jugador del sistema, la llegada de la televisión por cable, el inicio de las radios FM y la aparición del Nuevo Diario, fundado por José María Cantos para romper el monopolio de la prensa gráfica. Todo eso en menos de quince años, entre 1978 y 1992. En este contexto fue que un grupo de docentes, profesores, empleados públicos y aficionados al periodismo, pudo organizarse para buscar la profesionalización de los nuevos trabajadores y trabajadoras que nutrirían los medios de comunicación en Santiago.

Para rastrear esos orígenes, mi primera entrevistada fue Carolina Tejera, actual rectora de la Escuela Superior de Periodismo Mariano Moreno (ESPMM). Tejera me recibió en la escuela, en Colón (S) N° 928. En julio de 2021, plena pandemia, las clases presenciales estaban canceladas, los contagios y las muertes por COVID 19 aumentaban día a día. Mi primera pregunta fue a cerca de la valoración y la importancia de la institución. Al respecto, Carolina Tejera se explayó: “Hay una valoración muy significativa en consideración a los 34 años de trayectoria, consagrada en la inquebrantable misión de formar periodistas profesionales en nuestra provincia, responsabilidad que asumo a partir del año 2002”.

Sobre la fundación de la Escuela, Carolina Tejera me dijo: “Recuerdo, porque mi madre acompañó un poco este proceso. Quién la bautizó a la escuela con el nombre de Mariano Moreno es la Sra. Leyenda Cardozo de Barrera, quién en ese entonces se desempeñaba como secretaria académica de la Unión Regional del Maestro, una entidad sin fines de lucro. Nuestra institución nace dentro de esa entidad. Tal es así que estaba funcionando en sus orígenes en la Belgrano y 3 de febrero. La acompaña en esta misión Julio Horacio Urtubey, quién tenía una prestigiosa trayectoria como periodista. Entonces estaba ávido también de compartir sus saberes y sus experiencias a estas nuevas generaciones de estudiantes”.

Lo importante de esta misión, según cuenta hoy la rectora, era “sumar al plantel docente a prestigiosos profesores que en su mayoría eran jubilados, que trabajaron ad honorem y por placer”.

¿Qué fue lo que impulsó la creación de la Escuela? Tejera respondió: “El proceso fundacional está relacionado con la demanda de sectores empresariales y propietarios de distintos medios de comunicación que aspiraban a contar con personal capacitado para que ejerza con idoneidad su trabajo y a su vez también, con la demanda de jóvenes y adultos que ya estaban trabajando en los medios y querían contar con la formación académica que les permita desenvolverse correctamente en sus trabajos”.

Transmisor de pasiones

En el camino de mi investigación, pude encontrarme con Ángel Stancampiano, egresado en la escuela en 1991. Me contó de su cursada y la influencia del profesor Urtubey: “Él daba casi todas las materias periodísticas. Fue periodista en Buenos Aires. Hasta llegó a trabajar en la Casa Rosada. La iniciativa sobre la Escuela de Periodismo ha sido de él. En ese momento Urtubey habrá tenido como sesenta o setenta años. Con él y otros compañeros comíamos pizza en Karam (9 de julio y Belgrano). Él tenía un hijo que le mataron en Buenos Aires los militares. Me apasioné con la carrera desde sus clases. Urtubey tenía mucho que ver”.

Hay entrevistados que, por la pandemia, no pude ver personalmente. Pude hablar por llamada de Whatsapp con José Luis Montenegro, que también egresó en 1991 y regresó para desempeñarse como profesor. Cuenta Montenegro: “Fuimos la tercera promoción. La última que tuvimos a Julio Horacio Urtubey, fundador, inspirador y mentor de la Escuela Superior de Periodismo Mariano Moreno. Él fue periodista recibido en la Universidad Nacional de la Plata. Y fue quién trajo el plan de estudios de la carrera de Periodismo de esa universidad para usarlo en la escuela Mariano Moreno. Ya en Santiago, Urtubey trabajó en Canal 7, La Opinión Pública y Diario La Opinión. En 1975, cuando ya estaba jubilado, la Triple A le asesinó a un hijo”.

Montenegro remarcó que Urtubey había empezado a implementar su proyecto de escuela de periodismo en el Círculo de la Prensa a principios de los 80. Ese fue el origen de la Escuela de Periodismo. Urtubey articuló luego con un grupo integrado mayormente por mujeres que le dieron otro camino: “Fue junto a Leyenda Cardozo de Barrera, Carolina Agüero de Tejera y María Julia Fonseca de Cantos. Esta unión, que era parte de la Unión Regional del Maestro, le agrega la palabra ‘Superior’ al resto del nombre y después pasó a ser un título oficializado por la Provincia”.

Estudiantes de la Escuela de Periodismo Mariano Moreno, en sus inicios, retratados en las páginas de El Liberal.

En 1996 se produjo una crisis. Relata Montenegro: “La Unión Regional del Maestro, por desacuerdos con la señora Agüero de Tejera, invita a los socios a una renovación de autoridades y es nombrada Rectora de la Escuela a Elina Bustamante de Rojas en el año 1997. Agüero de Tejera no lo acepta y se produce una intervención de la U.R.M. que cayó en manos de Jorge Gigena, y pone en funciones a Agüero de Tejera, que era a la que le correspondía por trayectoria. El interventor llama a elección y gana Braulia Lescano de Iglesias, que era de un sector antagónico a Tejera, que decide cerrar la escuela. En ese momento, la señora Carolina Agüero de Tejera compra los derechos de la escuela y se separa de la U.R.M”.

“Mi tío fue el que plantó la semilla”

A la búsqueda de los orígenes de la Escuela aun me faltaba hablar con alguna fuente cercana a Urtubey. Escribí a varias personas y encontré a Cristina Isabel Urtubey, sobrina de Julio Horacio Urtubey. Cuando logré dar con ella apuntamos hora y lugar para una entrevista. A las cuatro de la tarde en el Café Bonafide de Belgrano y 9 de Julio.

Llegué, la esperé. Ella entró hablando con el mozo, que ya conocía. Comenzamos a hablar casi sin presentarnos y sin prender la grabadora. Me apuré a prenderla y la presenté. Cristina también estudió en la Escuela Superior de Periodismo Mariano Moreno y se recibió en el año 2000. Fue abanderada y trabajó en Radio Universidad y en FM Exclusiva. Hizo colaboraciones en Nuevo Diario y El Liberal. “Tenía 46 años cuando empecé a cursar en la Escuela – me contó – pero ya escribía, porque era profesora de letras, y tenía una veta .periodística que no la podía cumplir por dedicarme a mi familia, a mis hijos y a mi trabajo. En el 94 sufro un cáncer que me tuvo internada un año en Buenos Aires, y cuando regreso tenía heridas lógicas, y gracias a la Escuela las heridas cicatrizaron”.

Sobre Carolina Agüero de Tejera dijo lo siguiente: “Ella era profesora de historia y una de las creadoras de la Escuela de Periodismo. Fue un grupo, un trío, el trío dinámico les decía yo. La profesora Leyenda de Cardozo, la profesora Agüero de Tejera y el profesor, tío mío, Julio Horacio Urtubey. Antes de regresar a Santiago, fallece su mujer, Gómez de Urtubey. Él se vino de Buenos Aires después de que se jubiló allá. Él trabajó 25 años en Prensa y Ceremonial de la Casa Rosada, y además trabajó como editorialista del Diario La Prensa. Cuando se jubiló le empezó a dar nostalgia porque ya era viudo y volvió a su tierra natal. El volvió entre el 78 y el 82. Él quería ejercer el periodismo como profesor y aquí no había una escuela de periodismo. Se compró una casa enorme y antigua, y tenía una biblioteca impresionante”. Biblioteca que, posiblemente, sea la que donó más tarde a la Escuela de Periodismo y se la quedó la U.R.M. cuando vendió los derechos a Agüero de Tejera.

Sobre la muerte de su tío comentó lo siguiente: “Él pensaba venir y morir aquí. Pero bueno, el hombre propone y Dios dispone. Porque murió en Buenos Aires, el 7 de junio de 1998”, justo el Día del Periodista. Continuó Cristina: “Estaba invitado a un acto homenaje que iba a hacer la rectora, y él estaba chocho. Hablaba con la ella y todo el acto estaba organizado para el Día del Periodista y ese día tuvimos que reformar todo. Yo estaba de alumna y una de las cosas que estaban programadas era la sorpresa de encontrarme ahí como alumna de la escuela. Era una sorpresa emocionante”.

Cristina se explayó también sobre los últimos años de vida de su tío: “Murió de un ataque al corazón, pero ya venía con problemas. Cuando vino a Santiago, se encontró con una vieja amiga, se casó y ella murió al tiempo. Ella era unos 10 años menor que él (la señora Inés Chazarreta, profesora de historia). Eso lo puso muy mal a él. Cuando venían los hijos no lo veían bien, entonces vino el hijo mayor y se lo llevó”.

Cristina recordó también al trío dinámico: “Ellos eran directores y se iban turnando. La escuela funcionaba en dos piezas prestadas por un médico de apellido Muratore, en la Moreno entre Saenz Peña y Guemes. Había cursos para periodistas, aproximadamente entre el 83 y el 86. Ahí estaba la señora Leyenda y la señora Agüero de Tejera. Mi tío me pidió colaboración para que enseñara, y lo hacía gratis, porque todos los que íbamos a colaborar. Lo hacíamos gratuitamente. Después se fueron a Belgrano y 3 de febrero. Mi tío siempre renegaba y decía, ‘¡Como un periodista que escribe en el diario, puede tener errores conceptuales y de sintaxis!’. Como Profesor creo que enseñó hasta el año 1992 o 1993”.

Leyenda

Mientras avanzaba en mi indagación sobre los orígenes de la Escuela de Periodismo, me sorprendió el protagonismo que tuvieron las mujeres en aquellos comienzos en la década del ochenta. Leyenda Cardozo me señaló: “Las mujeres, en educación, estaban primero”.

Entrevistarla fue muy complicado. Por su avanzada edad, Leyenda tenía muchos problemas para oír, pero al final dijo que le había alegrado el día recordar aquellos años.

“Veníamos de una familia destacada – me contó – y el estudio era superior. Mi papá decía que la persona tenía que tener una habilidad para sobrevivir. Cuando él (Julio Urtubey) venía de Buenos Aires, paraba en mi casa. Éramos todos muy cercanos, los Cardozo y los Urtubey. Como una sola familia”.

Continuó: “Julito, como le decíamos, era mayor que nosotros. Él cuando llegaba nos hacía jugar. Un día me llamó para enseñar, pero yo podía ver que no la inscribía a la Escuela. Cualquier persona podía hacer los cursos, con sexto grado o con secundario”. Preocupada por darle una formalidad a aquellas clases que empezó a dar Urtubey, Leyenda decidió vincularla con la URM y fundar la Escuela Superior de Periodismo.

Para el final quedan muchos interrogantes, y tal vez más preguntas que las que hicimos al principio, pero hay cuestiones que sí se pudo corroborar a lo largo del trabajo. 

Urtubey, Agüero de Tejera y Cardozo de Barrera fueron quienes impulsaron en Santiago la profesionalización del oficio periodístico. Y esta tarea dio inicio a un recambio fundamental en los medios de comunicación de la provincia. Hasta aquella década del 80, los periodistas se formaban como aprendices en la propia práctica de su oficio, en los aún muy pocos medios de comunicación que había en Santiago. Pasaba lo mismo con redactores, locutores, o cualquier otro rol adentro del diario, la radio o el canal de televisión. Más tarde, en 1989, la Universidad Católica abriría la Licenciatura en Comunicación Social, luego otros dos institutos privados formarían periodistas integrales y deportivos.

En 2016, cuando la Unse abrió el ciclo complementario para cursar la Licenciatura en Periodismo, recibió a decenas de graduados de la Escuela Mariano Moreno, que hoy continúan su formación, y siguen escribiendo la historia.