Santiago tiembla: la provincia fue epicentro de más de 200 sismos en una década
Entre enero de 2010 y agosto de 2021, la provincia ha concentrado una importante cantidad de epicentros de temblores. Un trabajo de periodismo de datos relevó 243 sismos durante ese período de tiempo. El departamento Río Hondo es el principal foco de actividad telúrica.
Textos e infografías: Juan Pablo Santillán, estudiante de la Licenciatura en Periodismo
Cuando hablamos de actividad sísmica en nuestra provincia todos tenemos alguna anécdota para contar sobre algún movimiento “de los fuertes” que sacudieron nuestro suelo. Pero ver esto reflejado en un mapa o infografías nos ayuda quizás a comprender mejor la magnitud del fenómeno y recordar que nuestra provincia ya sufrió en el pasado terremotos devastadores, como el ocurrido el 4 de Julio de 1817, que destruyó gran parte de la Madre de Ciudades de aquel entonces.
En Argentina, los sismos se producen por la liberación de energía que se origina a partir del choque de dos placas tectónicas: la placa de Nazca, que se encuentra en el océano Pacífico oriental, y la placa Sudamericana, que abarca Sudamérica y una porción del océano Atlántico Sur. En cuanto a las zonas de mayor actividad telúrica, el foco está en la región centro-oeste y noroeste, y tiene a San Juan como la provincia históricamente más afectada: según datos del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES), en 2020 se registraron 6532 terremotos en Argentina, de los cuales San Juan concentró el 49,98 por ciento (3265).
¿Y cuál es la situación de Santiago del Estero con respecto a la actividad sísmica? Desde enero de 2010 a agosto de 2021, la provincia registró 243 epicentros, según el INPRES. Sin contabilizar los episodios del vigente año (13), el promedio es de casi 21 sismos anuales. En más de una década, Río Hondo encabeza la tabla como el departamento con mayores epicentros: 34. Lo siguen Guasayán con 30, Jiménez con 25, Banda con 23 y Choya con 22. En la mitad de la tabla se ubican capital con 19 y Figueroa con 17; lejos de los demás departamentos, que tienen menos de 12 epicentros cada uno, o en algunos casos ninguno.
Los mayores picos de actividad sísmica se alcanzaron en 2013 y 2019, cuando en cada año se registraron 30 terremotos. En 2012 hubo 29 temblores, y en 2016, 27. El pico más bajó se produjo en 2010: tres sismos (en Figueroa, Choya y capital). Por otra parte, Guasayán y capital comparten los récords como las localidades que más episodios tuvieron a lo largo de un año: ocho (Guasayán en 2012 y capital en 2013).
En este periodo comprendido entre enero de 2010 y agosto de 2021, los departamentos San Martín, Rivadavia, Quebrachos y Mitre no contabilizaron fenómenos naturales de este tipo. Aunque sí se detectaron tres epicentros en las Salinas de Ambargasta (en 2016, 2017 y 2019) y dos en el Embalse Río Hondo (en 2013 y 2019).
En cuanto a Jiménez, es el único departamento que ha padecido al menos un sismo entre 2011 a 2021. Su récord anual de terremotos es de cuatro (en 2013), uno más que en 2012, 2018, 2019 y 2021.
Entre 2010 y 2020, la actividad telúrica en Santiago del Estero se desarrolló con mayor frecuencia en diciembre: en ese mes se registraron 25 temblores. En noviembre se contabilizaron 24, y en enero, julio y septiembre, 23. Mientras que febrero y agosto fueron los meses con menor actividad: 10 y 11, respectivamente. En ese sentido, vale destacar que octubre de 2016 fue el mes con mayor cantidad de sismos: ocho; y que tanto 2013 como 2019 fueron los únicos años en que hubo al menos un terremoto por mes.
El INPRES utiliza la escala de Mercalli para determinar la intensidad de los sismos, a través de efectos y daños causados a distintas estructuras. De 243 terremotos, 190 no fueron percibidos por la población, 30 fueron de grado II (dos) a III (tres), 14 de grado III, siete de grado III a IV (cuatro) y dos de grado IV. En la escala de valores, el grado I (uno) es el más “débil” y el grado XI (once) se traduce en “muy desastroso”.
Entre enero y agosto de 2021, se produjeron 13 sismos. Nuevamente aparece Río Hondo como líder de la tabla de actividad telúrica: cuatro temblores, tres de ellos de grado II a III, y el restante no fue percibido por la población. Jiménez tuvo tres epicentros: uno no fue percibido por la población (27 de mayo) y los dos restantes fueron de grado II a III (30 de junio y 10 de agosto). Figueroa, capital, Juan Felipe Ibarra, Loreto, Atamisqui y General Taboada se reparten un terremoto cada uno (ninguno fue percibido).
4 de julio de 1817: el gran sismo que destruyó la capital de Santiago del Estero
El viernes 4 de julio de 1817, a las 13.30 horas, se produjo un sismo en la capital de Santiago del Estero. Fue de intensidad VIII (ocho) en la escala Mercalli. El más devastador de su historia. Actas Capitulares anunciaron: “Informes fidedignos que se han tomado ha causado el terremoto del día 4 del corriente, rige los mas espantosos estragos en la jurisdicción, así al norte de la ciudad se desplomaron las Iglesias, se destruyeron los edificios, se abrieron grietas en la tierra y salió agua, en este pueblo ruinoso en lo material según el quebranto que han sufrido los templos y los conventos sin poderse registrar una casa particular que no haya sufrido algo”.
El terremoto también traspasó los límites provinciales. Edmundo Temple, en Córdoba, Tucumán, Salta y Jujuy, en 1826, describió que “hubo destrozos en Tucumán y Jujuy y en los alrededores de la ciudad de Salta, la tierra se abrió arrojando cantidad de agua y arenas de distintos colores”.
Para Santiago del Estero, 1817 comenzó con el fusilamiento de Juan Francisco Borges -nombrado Gobernador un año antes-, el 1 de enero, por orden del general Manuel Belgrano. Según precisa el libro Santiago del Estero, Recorrido por una ciudad Histórica, de Luis Alén Lascano, Mario Cerón, Roberto Delgado y Víctor Ledesma, “ese verano fue trágico para la ciudad, que no sólo lloró su muerte (la de Borges), sino que fue azotada por huracanes y un terremoto extraño acabará destruyéndola en gran parte (…) Santiago del Estero tenía suficiente reservas espirituales y físicas y conocerá por mucho tiempo el sufrimiento”.
El sismo se prolongó siete días, con intervalos de horas. Provocó daños graves en la ciudad y en 25 leguas a la redonda. Quizás la pérdida más significativa fue la de la iglesia Catedral. La Merced y viviendas sufrieron rajaduras. En este contexto, la fe de los santiagueños y las santiagueñas jugó un papel importante. En Historia de Santiago del Estero, de Antonio Castiglione, se detalla que la preocupación de la población era tal que el 11 de julio se resolvió en una reunión desarrollada en el Ayuntamiento “elegir y nombrar un segundo patrono tutelar de la ciudad, ‘sin desconocer la poderosa protección de María Santísima, y menos rebajar a nuestro glorioso Santiago el Mayor’ recayendo la elección en San Gregorio Taumaturgo, a quien le encomendaron su protección”.
A más de 200 años de este acontecimiento, el relato parece quedar en el olvido. Aunque ante cada temblor del suelo, se sacude el baúl de los recuerdos.