Científicos descubren que la miel es un importante antiséptico y cicatrizante

Investigaciones desarrolladas en la Unse han determinado que este producto natural, de origen milenario, puede ser utilizado con plena confianza en distintos tratamientos medicinales por sus aportes energéticos y nutricionales.

 

Por  Eugenia La Mónica y  Ángel Stancampiano

 

 

La miel se consideró desde la antigüedad como un producto endulzante, pero sus propiedades van mucho más lejos. En el Antiguo Egipto (4000 años AC) ya se practicaba la apicultura, con muy buen nivel. Era un oficio tan respetado que solo los sacerdotes podían manejar la apicultura. La abeja era muy valorada, así como también la práctica de la apicultura, al punto tal que hacía trashumancia a la orilla del Nilo, ya que allí se encontraban con distintas floraciones. Hay investigaciones que demuestran que ya en aquella época la miel se envasaba y se vendía. Y que estamos ante la presencia de un alimento funcional. Esto es, que no solamente brinda un aporte nutricional en relación a las vitaminas y aminoácidos, sino también tiene un aspecto terapéutico, en otras palabras, favorece a la salud de las personas en torno al tratamiento de ciertas afecciones.

 

Prevención

 

Ante la llegada de las estaciones más frías del año, los médicos recomiendan consumir miel para evitar enfermedades respiratorias. En este sentido, el Dr. José Francisco Maidana, Director del Centro de Investigaciones Apícolas (CEDIA) de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, confirmó este punto, explicando que “algo que muy pocos saben es que la miel produce pequeñas cantidades de peróxido de hidróxido, que no es otra cosa que el agua oxigenada, que funciona como un antiséptico”.

Asimismo, cuando hay un problema en la garganta, un cuadro de irritación o cuadro bacteriano, el Dr. Maidana aconsejó diluir la miel con un poco de jugo de limón o naranja, dejar reposar un momento, y luego tomarla de sorbos pequeños para que la garganta vaya humectándose con esa mezcla. Se logra, de este modo, la disminución de la irritación y combatir el cuadro bacterial.

Maidana agrego que la miel “también tiene un componente antioxidante, que se conoce como compuesto fenólicos, son pigmentos de la miel, que tiene la propiedades neutralizar todos los radicales libres”.

La vida actual, con tanto estrés y alimentación deficiente, nos hace generar esos radicales libres que actúan en contra de nuestra salud, pero que pueden ser neutralizados por los componentes de la miel. Por tal motivo decimos que la miel tiene capacidad oxidante. En el CEDIA se está trabajando para determinar la capacidad antioxidante de la miel. “Estamos encontrando en nuestra miel una buena virtud en ese aspecto, entonces consumir miel otorga salud”, acotó el Dr. Maidana.

 

Bajo consumo

 

En Argentina casi el 100% de la miel se exporta. Si bien esto puede leerse como un buen dato económico, es un indicador que en el país se consume muy miel. Es por ello que en 2018 el Estado Nacional lanzó una campaña denominada “Consumir Miel es Salud”.

Se habla de un consumo entre el 4 y 5% del total de la miel que se produce en el país. Al resto lo exportamos a países como Alemania, EEUU y Japón.

Para el Dr. Maidana es necesario darle fuerza a la campaña mencionada ya que si bien se consume azúcar blanca, jaleas, y mermeladas, estos productos no tienen mucho aporte energético desde el punto de vista energético. “En cambio la miel si lo tiene – añadió el investigador_ por lo cual es conveniente empezar a reemplazar todos esos productos por el consumo de miel. Así como también inculcarles a los niños la costumbre de consumir la miel, ya que está científicamente comprobado que es un alimento funcional”.

 

 

Antibiótico natural

 

En muchas ocasiones se ha hablado de lo beneficiosa que es la miel para nuestra salud e incluso se han difundido algunas recetas que permiten aprovechar sus propiedades para la belleza.

Sin embargo, un estudio científico reciente, ha podido demostrar que la miel es el mejor antibiótico natural, incluso más eficiente que algunos antibióticos convencionales utilizados en tratamientos de infecciones. La miel contiene 13 bacterias del ácido láctico (BAL), que son las que producen la acción antimicrobiana que se requiere en función del tipo de bacterias a combatir. Así lo reveló Tobias Olofsson, profesor de la Universidad de Lund y autor de los estudios publicados en la revista International Wound Journal.

El equipo de investigadores de Lound trató 42 patógenos de las heridas de 22 pacientes con las 13 BAL de la miel. Como resultado encontraron que los efectos eran comparables a los que producen los antibióticos convencionales.

La investigación se reforzó al utilizar miel como tratamiento para curar las heridas de caballos que no lograban sanarse, con la obtención resultados positivos.

Sin embargo, el profesor Olofsson, advierte que para conseguir estos efectos y beneficios de la miel, ésta debe estar fresca y ser completamente pura. En este sentido, advierte que las mieles que se comercializan en supermercados no contienen bacterias lácticas vivas, por lo que muchos de sus beneficios no están presentes en ellas.

En todo caso, los investigadores creen que este hallazgo es muy importante para la medicina, pues en un futuro podría suponer un tratamiento alternativo a los antibióticos convencionales que, como sabemos, suelen tener efectos secundarios en los pacientes.

Además de las 13 bacterias del ácido láctico (BAL), la miel es un alimento cargado de probióticos y antioxidantes. Es rica en vitamina A, vitamina B2, B3, B5, y vitamina C, además de minerales esenciales como calcio, magnesio, potasio, hierro, cobre, yodo y zinc. Teniendo en cuenta sus beneficios, la miel ha sido utilizada como antibiótico para:

 

  • Combatir organismos nocivos como la salmonela y el escherichia coli. Asimismo, contribuye a una mejor digestión de los alimentos.

 

  • Es recomendada para reforzar el sistema inmunológico y combatir infecciones en las vías respiratorias, así como gripes y resfriados.

 

  • Desde la antigüedad ha sido utilizada para tratar heridas, prevenir infecciones y mejorar el proceso de cicatrización.

 

  • Se utiliza para el cuidado de la piel, ya que evita posibles infecciones y elimina aquellas bacterias que pueden afectar nuestra belleza.

 

Tipos de Miel

 

Existe una gran variedad de tipos de miel, según la procedencia de la flor o arbusto y recolección. Las de primavera que se produce a finales de mayo, la miel principal, entre junio y julio, y la miel tardía, entre agosto y septiembre.

Según un documento del CEDIA, se diferencian como multiflorales (diversas flores), monoflorares, (composición de una concreta) y miel de bosque (obtenidas a partir de la hoja).

Por su textura las mieles de flores son transparentes y espesas, que suelen ser frescas, mientras que las mieles de rocío son menos dulces y más difíciles de solidificar.

En todo el mundo hay cientos de tipos de miel ya que lógicamente todo depende del tipo de flor que las abejas encuentran en su hábitat. Podemos hacer una clasificación primaria:

 

  • Miel de azahar: De color ámbar claro, perfumada y suave al paladar. Procedente del polen de limoneros, naranjos, mandarinos. Efectos sedantes, ayudando conciliar el sueño. Es también antiespasmódica.

 

  • Miel de romero: De color ámbar muy claro y blanco cuando está cristalizada. Aromática y dulce. Estimulante hepático que favorece la descongestión del hígado. Indicada para las úlceras de estómago y dismenorrea. No recomendada a hipertensos.

 

  • Miel de eucaliptus: De color ocre. Muy aromática con un sabor característico a madera. Antiséptico de las vías respiratorias y urinarias, de efectos balsámicos y vermífugos. Indicada contra catarros y afecciones del árbol respiratorio.

 

  • Miel de tomillo: De tono rojizo y sabor agradable. Indicada para las afecciones respiratorias de tipo inflamatorio, tos convulsiva y asma. Reguladora de la tensión arterial. Muy indicada como tonificante ante la fatiga y la astenia.

 

  • Miel de espliego: De color ámbar y sabor característico a lavanda. Por su poder bactericida y antiséptico. Indicada en uso externo para picaduras de insectos, quemaduras solares y heridas. Antidiarreico. Preventivo de gripes, bronquitis, resfriados. Por su alto contenido en hierro, tiene las mismas indicaciones que la miel de castaño. Favorece el sueño, modera la irritabilidad, la agresividad y el estrés.

 

  • Miel de Tilo: procedente de las flores del tilo. De color amarillo suave con un aroma fragante. Se cristaliza fácilmente por lo que se endurece deprisa. Útil en la acidez, flatulencias, ulceras gástricas o duodenales. Propiedades antibacterianas. Útil en la bronquitis, gripe y resfriados. Posee propiedades sedantes siendo muy útil en ansiedad e insomnio.

 

  • Miel de trébol: procedente de la flor de trébol De color amarillo suave. Es energetizante. Muy útil para cansancio o fatiga, personas mayores, épocas de exámenes, recuperación post operatoria.

 

  • Miel de alfalfa: procedente de las flores de alfalfa. De color ambarino blanco, de buen sabor y propiedades similares a la miel de trébol.

 

  • Miel de avellano: De color amarillo y buen sabor. Utilizada para la piel y conservar su estado.

 

  • Miel de castaño: procedente de la flor del fruto y la exudación del árbol. Rica en hierro, beneficiosa para anemia, sangrado nasal y metrorragia (reglas abundantes).

 

  • Miel de pino o abeto (llamadas miel del bosque): Procede del mielato que exudas el propio árbol (pinos, abetos, robles, encimas. Oscura y permanece líquida mucho tiempo tras la recolección. De sabor resinoso y excelente para el tratamiento de la inflamación bronquial.

 

  • Miel de abeto: De color verde y muy difícil de conseguir ya que no se produce todos los años. Aroma balsámico fuerte indicado para afecciones respiratorias.

 

  • Miel de encina: Producida por las abejas que liban la melaza que se desprende de los frutos. Es uno de los tipos de miel de color más oscuro, casi negro. De olor y sabor a malta muy poco dulce. Indicada para combatir la anemia por su alto contenido en hierro. Antiasmática y adecuada contra las afecciones bronquiales y pulmonares.

 

  • Miel de brezo: De color caoba oscuro y sabor ligeramente amargo. Aumenta la diuresis por lo que va bien en cistitis, retención de líquidos y piedras en el riñón y su prevención; inflamación de vejiga, riñón y uretra. Recomendada en problemas cardíacos: insuficiencia coronaria, arritmias, cardiopatías, angina de pecho e infarto. Antirreumática. Por su contenido en minerales está indicada para la anemia, inapetencia y fatiga.

 

  • Miel de milflores: Procedente de varias floraciones simultáneas. De color ámbar oscuro y sabor muy variable e intenso. Antiinflamatoria, digestiva y cicatrizante. Es un gran complemento alimenticio. Rico en minerales, previene la anemia, favorece la digestión y es antiséptica. Ideal para un desayuno completo.

 

Miel santiagueña de exportación

 

El 80% de la miel argentina exportada es producida por colmenas ubicadas en la Pampa Húmeda. Santiago del Estero, reconocida por su buena producción de miel, participa con el 20% restante. Es por esto que un grupo de investigadores de la Facultad de Agronomía y Agroindustrias de la Unse llevó adelante un proyecto por el que se analizaron muestras de mieles producidas en la provincia para estudiar sus características organolépticas, físico-químicas y biológicas.

De acuerdo con la información disponible por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (siglas en inglés Food and Agriculture Organization -FAO-) la producción de miel a nivel mundial se lleva a cabo en más de 130 naciones, y se mantiene un nivel de producción que superó el millón de toneladas anuales, con un gran incremento del intercambio comercial a nivel internacional, en el que nuestro país ocupa el segundo lugar como exportador. “El hecho de que Argentina ocupe este lugar en el mundo como país exportador representa un ingreso anual de 100.000.000 de dólares. En nuestro país, el 80% de la miel exportada se produce en colmenas ubicadas en la Pampa Húmeda y Santiago del Estero, que participa con el 20% restante, junto a otras provincias como Entre Ríos, Chaco y Corrientes, entre otras”, explica a Info Universidades el doctor José Maidana, director del Centro de Investigaciones Apícolas (CEDIA) de la Facultad de Agronomía y Agroindustrias de la UNSE.  El Dr. Maidana llevó adelante el proyecto de investigación llamado Determinación de las características físico-químicas de mieles de Santiago del Estero. El investigador señala que “la determinación de la calidad de la miel de Santiago del Estero facilitará su control de calidad, ya que se dispondrá de parámetros analíticos de referencia, que facilitarán su control bromatológico, teniendo en cuenta que, como alimento, la miel se incluye en al Capítulo X del Código Alimentario Argentino (CAA), artículos 782 y 783, y también en la Farmacopea Nacional”.

Uno de los aspectos en los que se basó el trabajo fue el contenido de humedad en la miel. La cantidad de agua en la miel es sin duda una de las características más importantes porque influye en el peso específico, en la viscosidad, el sabor y condiciona la conservación, la palatabilidad, la solubilidad y el valor comercial.

“El contenido hídrico de una miel madura oscila entre el 16% y el 18%. Sin embargo, hay mieles, como las de brezo y de trébol que en general tienen un contenido mayor de agua”, advierte Maidana.

“Habitualmente, las abejas empiezan a opercular la miel cuando reúne esta concentración; no obstante, en ciertas condiciones climáticas de flujo de miel o de humedad, las abejas operculan con un contenido de agua superior al 18%. Estos casos han sido observados en regiones de alta humedad y baja oscilación térmica diaria. Así, se dan casos de fermentación en los panales, bajo el opérculo. Es frecuente, por no decir habitual, encontrar entre los productores, mieles de todos los tipos con más del 18% de agua porque han sido extraídas de la colmena antes de haber sido completamente operculadas”, señala el científico. Cuando el contenido en agua supera el 18% la miel puede fermentar, porque la concentración de azúcares ya no es suficiente para impedir la multiplicación de las levaduras, siempre presentes en ella.

El contenido de humedad de las muestras analizadas es relativamente bajo, más del 40% de las muestras presentan valores de 17 al 17,9% y en una sola muestra de las 50 analizadas (19,6%), próxima a la tolerancia máxima del 20% exigida por la reglamentación del Mercosur.

 

El color de la miel

 

Hay un aspecto que se puede apreciar a simple vista y es el color de la miel. “Esto se debe a las materias pigmentarias, como el caroteno y xantofilas. Sin duda, en el origen también hay polifenoles del tipo de los flavonoles. El fenómeno de melanización de los azúcares, durante el envejecimiento o calentamiento provoca una intensificación del color de la miel”, asegura Maidana.

El color es el criterio más importante desde el punto de vista comercial. Es el único examen sensorial que, según la legislación de la miel, es objeto de una codificación precisa. El investigador explica que “la unidad de referencia es el índice de Pfund: éste, expresado en una manera cardinal, varía entre 10 o menos de 10 mm para las mieles más claras, y 140 mm para las más oscuras. La evaluación se hace por medio de patrones especiales concebidos para la miel. El color es un dato específico para las mieles de cada región; el exceso o, a veces, la falta de color provocan la descalificación de estos productos”. Respecto del color de las muestras, más del 70% presentó un rango de 49 – 83,9 mm Pund, que corresponde en la Escala Internacional a ámbar extra-claro a ámbar claro.

 

La acidez

 

En este aspecto, Maidana sostiene que “todas las mieles tienen reacción ácida; contienen ácidos orgánicos libres o combinados en forma de lactonas. El ácido glucónico es sin duda el más abundante en la miel (entre el 70 y el 80%). Se forma a partir de la glucosa y el fenómeno va acompañado de un desprendimiento de agua oxigenada (H2O2). En forma cualitativa, se descubrieron en la miel también otros ácidos fijos, seguramente de origen vegetal. La miel contiene pocos ácidos volátiles. El ácido fórmico, largo tiempo considerado determinante en la miel, representa en realidad menos del 10 % de los ácidos libres totales”.

Las muestras de miel para llevar a cabo los estudios analíticos fueron obtenidas de colmenas pertenecientes a apiarios de las cooperativas apícolas del territorio de la provincia de Santiago del Estero. El muestreo se realizó al azar, en plena temporada apícola de recolección de miel por parte de los productores hasta obtener un número de muestras representativo (50) y en cantidad suficiente para efectuar el análisis estadístico. Con los datos obtenidos referentes a la ubicación geográfica del colmenar, fecha de recolección, condiciones de recolección y entorno vegetal, como posible fuente de néctar, se confeccionó una planilla de registro de datos.

 

¿Cómo utilizar la miel con fines terapéuticos?

 

  • En casos de heridas o quemaduras se debe aplicar directamente en la zona afectada y cubrirla preferiblemente. Se debe cambiar por lo menos 3 veces en el día.

 

  • Las mamás lactantes pueden aplicarse un poco de miel en los pezones para prevenir y aliviar molestias que pueden ser causadas por infecciones.

 

  • En casos de irritación en la piel se puede utilizar como base para un masaje.

 

  • Para desinfectar a nivel interno nuestro organismo, mezcla una o dos cucharadas de miel en un vaso de agua tibia con jugo de limón.

 

  • Para evitar el ardor estomacal lo ideal es mezclar una cucharada de miel, dos cucharadas de vinagre de sidra de manzana y un vaso de agua.

 

  • Para combatir infecciones respiratorias, problemas de garganta, gripes o resfriados, lo ideal es mezclar miel con jugo de limón o de naranja. Casi siempre se prepara una bebida caliente y se consume por las noches antes de ir a dormir.

 

Material producido en la cátedra de Taller de Periodismo Científico. Docente a cargo: Nelva Coria